EL AGUA QUE BEBEM0S
Por :
Saúl Sánchez Toro
Hace 50 años, en la vereda La
Florida, de Villamaria, Caldas Vivian plácidamente cerca de 70 habitantes que
disfrutaban de sus cosechas de repollo, coles, zanahoria, lechugas, flores y frutales
a granel. Era una región hortícola y
floral (de aquí su nombre) por excelencia.
Esta comunidad, muy unida al
principio, se puso de acuerdo y construyó su propio acueducto. Tomó las aguas
cristalinas que nacían en los asentamientos del Seminario Mayor, en la propia
quebrada Molinos, un afluente hídrico que más abajo tenía una fauna ictiológica
fluctuante y muy diversa.
El agua llegaba a cada una de las
15 casas a través de canaletas de guadua o de canutillos de guaduilla. Era un
agua pura, limpia que se podía beber sin miedos. Con ese acueducto duraron más
de veinte años.
Hasta que un día, de esos
nefastos, luctuoso para su historia, llegó el hombre de corbata, montado en su
jeep Willis y le pintó a la comunidad pajaritos de oro y enjambre de mariposas
multicolores. Que les harían un acueducto “técnico”, con todas las normas
hídricas existentes. Hablaron de válvulas isométricas, ductos impermeables de pvc,
tratamiento químico de aguas, conservación de la potabilidad y de una cantidad
de conceptos que “engatusaron” a los pobres campesinos que se convencieron de
la bonanza de tener un acueducto profesional.
Fue desde ese momento que el agua
de la entraña de sus propias montañas, sus fincas, sus herencias ancestrales,
pasaron a ser parte de la municipalidad. Y fue también desde ese mismo momento,
que los consumos que antes eran gratuitos, ahora se volvieron “medidos” y
cuantificados. Empezaron a llegarles facturas de consumo y quien se atrasaba en
su pago sufría de la desconexión del
preciado líquido que antes fluía a caudales y libre como el viento. Y lo más
grave, empezaron a cobrarles dizque consumo básico, un adefesio legal que
plasma en metros cúbicos lo que usted debe consumir. Y aquello que era su mínimo
vital hoy se comercializa para todos los
circundantes (incluida la capital , Manizales, que no le paga al Municipio por
lo que recibe pero que si le cobra a los
consumidores).
Y a la Florida, el sector dueño
del más del 50 por ciento de los acuíferos, nos envían el agua en diminutos
tubitos de Una, dos y cuatro pulgadas y con el desbordado, desorganizado y
desmedido crecimiento de la industria de la construcción, el preciado líquido
llega sin ninguna potencia, tanto que no alcanza a hacer funcionar los
calentadores de agua para los segundos pisos.
Hoy después de 50 años y ante el
cataclisquimico panorama que se avecina, por culpa de un desconocido virus que
no sabemos cómo, cuándo y quien lo plantó
en algún lugar del Planeta, vemos que esa preciosa agua, se ha convertido en elemento esencial para
protegernos y no dejar que la sombra de la muerte entre a nuestras casas.
La propaganda en redes, emisoras,
televisión, de boca en boca es #Láveselasmanos.
Y el famoso hashtag se volvió viral, junto
con el #QuedateEnCasa. El consumo de
agua en los hogares se ha disparado en
forma aún no visualizada porque apenas estamos dizque en la etapa de meseta del
virus (el pico que llaman) de la
Pandemia.
Y el Señor Gobierno?. Ajeno a estos avatares se preocupa más por
fortalecer a los fuertes que por ayudar a los débiles que somos el 80 por
ciento de la población patria.
Y las empresas de servicios
públicos: Emas, EPM, Emcali, Aquamaná?
Calladas. No se atreven a tomar decisiones. Puntos de vista que el
conglomerado, ve con tristeza, como se toman en países más pobres de nuestro
hemisferio como el Salvador o en países fuertemente golpeados por la Pandemia como Italia y España en donde
los gobiernos han congelado el pago de servicios públicos, por tres meses y
aquí, en nuestra patria no se atreven a tocar dizque porque se cae la economía
o se desboca la pobreza. Como si esta no estuviera por los suelos y la otra más
desclavada que loca enferma . Una economía fuertemente informal en donde los
trabajadores viven del día a día, no resiste. Si la situación persiste, los
contagiados o contaminados por su necedad o su necesidad de salir al “rebusque”
terminarán por formar una debacle de inconmensurable dimensión.
Si estos sin vergüenzas que
llevamos a que timonearan el barco, no son capaces de guiarnos a puerto seguro,
tendremos muy seriamente que analizar cómo les quitamos la conducción o dirección de nuestro sistema y llevar al
liderazgo a alguien mesurado, racional, lógico, avispado.
Es hora que el Gobierno Nacional
o los gobiernos locales tomen decisiones a favor del Pueblo, si quieren que
exista un Pueblo que gobernar.
Villa Hada, La Florida,
Villamaría, junio 7 de 2020
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