Los problemas mentales se
han convertido en una de las cargas más pesadas de sostener para la administración
de Manizales.
Nuestra ciudad no es ajena
al manejo que se da a los enfermos mentales de la ciudad y a los procedentes de
otros municipios del departamento.
Con la cantidad de casos que
a diario se presentan, la ciudad se ha quedado corta en la disponibilidad de
centros asistenciales de primer orden, médicos siquiatras, servicios y agentes
colaboradores, enfermeras profesionales con especialización en salud mental.
Mejor dicho, a la ciudad le quedó grande el problema mental.
Visitar la Clínica San Juan
de Dios y ver los pasillos por donde pasan los auxiliares de servicios
administrativos (camilleros, empleadas del servicio, fontaneros,
carpinteros) amen de médicos, auxiliares,
enfermeras, etc, convertidos en sala de urgencia, da tristeza y pena ajena.
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Camillas ubicadas en los pasillos |
Es lamentable que un centro
tan moderno, con alas recientemente construidas no haya contado con el
asesoramiento de ingenieros y arquitectos expertos en la construcción de
Centros de atención mental.
Pero los profesionales
nuestros, que aseguran saber de todo, con seguridad lo hicieron sin asesoría de
ningún experto.
Todo en la clínica
siquiátrica es precioso, pero disfuncional; las salas de entrevista siquiátrica
son conectadas entre sí por varias puertas que intercomunican una con la otra.
Es decir sacrifica la independencia médico-paciente para dar vía a la
intercomunicación.
Los servicios de atención al
público, son en frente de los cubículos de los pacientes. Es decir sacrifican la
independencia del paciente, para dar vía a la atención de usuarios.
Los cubículos de urgencias
quedan cerca de la Unidad de Cuidados Intensivos, por consiguiente toda la
noche se escucha el constante y estridente sonido de los osciloscopios,
capnógrafos y espectrofotómetros que monitorean a algunos pacientes. Y como en
los cubículos de atención siempre tiene que haber un funcionario trabajando, la
luz permanece toda la noche iluminando el recinto y obviamente molestando a
quienes duermen con luces apagadas.
Las salitas de atención de
urgencias se hicieron para alojar de a dos usuarios, y se quedaron cortas. Una
población de catorce enfermos, satura el servicio y obliga a utilizar los
citados pasillos. Y como en Manizales es obligatorio que cada paciente tenga un
acompañante, imagínense un pequeño recinto con 28 personas compartiendo y
conviviendo.
Dicho sea de paso, los
acompañantes no reciben ningún tipo de atención por parte de la Clínica. Para
dormir, se tienen que acomodar en unas molestas y cansonas sillas de cafetería
(Rimax), que al culminar la jornada, termina más enfermo el acompañante. Yo que
casi tengo setenta años, tuve que aguantarme semejante suplicio durante dos días
y nadie absolutamente nadie se preocupó por brindarme un mejor bienestar. Es
decir, en San Juan de Dios, no existe prioridad alguna para el anciano o el
niño.
Al lado mío, estaba Don
Casimiro, un anciano de más de ochenta
años y en dos días que estuvo cerca de mí, solo vi acercarse a él UNA VEZ a un siquiatra y eso para calificar el triaje.
El resto del tiempo permaneció allí, durmiendo día y noche.
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El triaje no es selectivo sino de acuerdo a hora de ingreso |
Definitivamente el triaje,
en asuntos de Salud Mental, debería ser como el que se aplica en Australia, que
determina que si un paciente se le clasificó en triaje 1 debe ser atendido de inmediato; si se le clasifica en triaje 2, debería ser atendido a los
diez minutos y así sucesivamente.
En el pizarrón de Urgencias
de la Clínica San Juan de Dios, se diferenciaban los pacientes tan solo por la
fecha de ingreso, cuando debería ser el patrón para el siquiatra definir y
decidir procedimientos.
Lo que me pareció más
inadecuado y en lo cual se quedaron cortos los arquitectos fue en la ubicación
de los espacios pediátricos. Ver niños y jóvenes menores de edad compartiendo
espacio con adultos y ancianos es algo que no se ve en las unidades de salud
mental del país.
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Niño junto a adultos |
No sé cómo serán las
hospitalizaciones. Lo más indicado es que los lugares para mantener a la
población menor de edad se adecuen para éstos. Es decir lugares llenos de
figuras, juegos infantiles y sobre todo con un excelente colorido en bancas,
paredes, espacios de recreación, etc. y lo más importante, un cuerpo de
profesionales expertos en sicología del niño.
La Unidad de Salud Mental Integral, SAMEIN, que funciona
en Antioquia, debería convertirse en laboratorio obligado para pasantes de siquiatría,
médicos siquiatras, rotaciones de facultades de medicina, escuelas de
enfermería, etc. de todo el país, Ellos
SI SABEN cómo abocar los problemas
de salud mental, porque Antioquia es uno de los departamentos con mayor
incidencia de estas enfermedades. La experiencia adquirida por los siquiatras
de Medellín, los arquitectos que han construido los SAMEINES, los profesionales
de las diferentes disciplinas que trabajan
en SAMEIN, han hecho que estos organismos se conviertan en referente
obligado para quienes quieran aprender cómo
se debe atender a un paciente con problemas de salud mental.
Diferente de lo que pasa en
Manizales, en SAMEIN, cada locación para albergar pacientes está dotada de
servicios sanitarios, lockers o casilleros Abiertos para cada paciente. Es
decir el paciente cuando desee cambiarse una prenda, lavarse los dientes,
maquillarse, comer algo, etc. puede ir
hasta SU casillero y sacarlo de
allí. En Manizales, todo se les controla. Hasta el papel higiénico (¿??). Y el
paciente tiene que estar supeditado al tiempo de que disponga el auxiliar para
poder entregarle algo.
En SAMEIN, los pacientes
pueden permanecer todo el día en sus cuartos, En Manizales los sacan muy
temprano a un patio, con unas incomodas y duras bancas, y no pueden volver a sus cuartos sino en las
horas de la tarde, ya casi listos para
dormir. Pacientes siquiátricos que la mayoría, por naturaleza, herencia o
fisiología, son antisociales,
independientes, deprimidos, melancólicos, decaídos, retraídos y aquí quieren en 10 o quince días
volverlos gregarios, sociables, amables, extrovertidos, amables y confiados.
Eso es imposible.
En SAMEIN, los recreos, las
terapias de grupos, son mixtas. Se juntan los pacientes de todos los pabellones
y departen, comparten y socializan. Hay cantidad de talleres donde aprenden
artes plásticas e industriales, danza, baile, es decir le involucran mucha
lúdica al proceso de recuperación de un paciente y se le sustrae del mundo de
las depresiones, manías, ansiedades, esquizofrenias, vicios, drogadicciones,
postraciones y tristezas, con las que llegan la mayoría de pacientes.
En SAMEIN, las comidas se
sirven calientes, humeantes, recién horneadas. Aquí hay ocasiones en que por la
demora en la atención al paciente llegan tibias y algunas veces frías.
En SAMEIN, a un paciente
crítico-analítico del lugar, las condiciones de operatividad, la forma como
opera el servicio, no se le reprime con la contención
física, ni con el aislamiento, ni atándolo a una camilla de pies y manos.
Se recurre a lo que recomienda La Asociación Argentina de Ayuda a la persona que padece de
esquizofrenia y su familia aconseja las
siguientes conductas que deben adoptarse frente a una situación difícil:
Sea amigable.
` Acepte la situación
` Sea animoso.
` Reserve un tiempo para escuchar.
` Inclúyalos.
Evite lo siguiente:
Ser arrogante, desdeñoso, criticón.
` Empujarlos hacia situaciones en las que ellos no se
sientan a gusto.
` Ser melancólicos o estar tristes.
Discutir con ellos o con otros
mientras ellos están presentes.
Ponerse
en situaciones difíciles con ellos.
Cuando suceda una
gran crisis aconseja:
No grite: Si parece que el paciente no le está
escuchando, recuerde que esto puede ser porque probablemente, hay otras "voces" que están
interfiriendo o predominando. Si usted grita, puede asustar o provocar al
paciente.
Hable con calma y en voz baja. Use frases
sencillas.
No riña con el
resto de la familia sobre las "mejores estrategias" para resolver las
situación o sobre quien es culpable de lo que está sucediendo. Este no es el
momento apropiado.
No incite al paciente a
que cumpla sus amenazas; esto puede traer consecuencias trágicas.
Si el paciente está sentado, no se pare frente a
él. Siéntese.
Evite
el contacto visual directo y continuo con el paciente y evite tocarlo.
Si el paciente solicita algo,
concédalo siempre que no sea peligroso o irrazonable. Esto le brindará una
oportunidad para de alguna manera sentirse "en control."
Considerando el inmenso problema que tiene la ciudad al disponer tan solo de un
único lugar para atender problemas de salud Mental y ante la prevalencia y
auge de estas enfermedades, se hace
prioritario para el próximo gobernador, que empiece a analizar la forma de
crear un gran centro de atención siquiátrica para Caldas y quizás para el eje
cafetero, y montar en Manizales centros de apoyo o de soporte para brindar una atención
pre y post tratamiento a los pacientes atendidos en las entidades de salud
mental. Que sea algo parecido a los famosos Fountain House que funcionan en Europa y EEUU y que son los lugares
más cálidos y atractivos para ayudar a la auto recuperación de las personas.
Nuestra ciudad cuenta con
muchos profesionales que gustosos trabajarían en estos centros que ayudan a
mantener a los enfermos, estables, recuperados y contribuyendo con su quehacer
a la sociedad.
Estamos muy rezagados en asuntos de manejo de pacientes con enfermedad mental.
BIBLIOGRAFIA