Me resulta increíble, indescriptible que en mi querida ciudad, se haya
desatado, desde hace varios años una enconada aversión y persecución contra
unas indefensas garzas a quienes nosotros, los arrogantes y presuntuosos humanos, raza
superior, inteligente y pensante, hemos
ido paulatinamente perseguido, desplazado o desterrado de su propio hábitat.
Las benditas garzas habitaban hace muchos años, el sector de la Enea y la Florida (porque eran
humedales y pantanos llenos de renacuajos, sabaletas y pecesillos) y para todos
era un hermoso espectáculo verlas
cursando los cielos en las primeras horas de la mañana, cuando el sol
clareaba.
Cuando empezaba a oscurecer el día, en nuestros bellos atardeceres
manizalitas, las parvadas de garzas, formando bellas hileras llegaban a sus
nidos a alimentar sus polluelos regurgitando peces, crustáceos y pequeños
anfibios o pequeños reptiles, ratones y
otros animales de la mesofauna manizaleña, cazados durante su ardua jornada.
Las garzas, de la familia de las pelecaniformes,
ardeidas, son aves zancudas, generalmente de plumaje blanco y pico
amarillo, anidan en colonias; son de
hábitos acuáticos e importantes en el control de especies invasoras tales como
la trucha arcoíris y especímenes como
garrapatas, nuches y gusanos propios del ganado y de otras especies de la fauna
criolla.
Cuando el constructor invasor tumbó los sauces, robles y demás arboles
donde habitaban, se vieron obligadas a migrar a otras locaciones y fue así como
aparecieron en:
2005 El parque José María Escrivá de Balaguer, del barrio Palermo, de
donde fueron abruptamente expulsadas.
2008 El barrio La Enea. Allí les
tumbaron los árboles donde habían anidado.
2012 El barrio Comuneros, donde tumbaron un árbol a la entrada del
barrio para ahuyentarlas
2013 Barrio el Chachafruto, donde podaron y tumbaron árboles para
espantarlas.
2014 La Enea, las vuelven a sacar de los árboles, podando y talando
los árboles.
2015 La Pradera (Villamaría), las alejan podando las ramas de los árboles.
2016 San Marcel, con grua les destruyen sus nidos, y dizque “reubican”
sus polluelos (dónde quedaron?) y colocan poli sombras para que no lleguen a ocupar los
árboles de la zona.
2016 Son ahuyentadas del Barrio Los Pinos en el Aeropuerto de la
Nubia, con explosiones controladas de
fuegos pirotécnicos (tacos y voladores de cinco a quince tiros, que las aturden, las espantan y desorientan), (¿???). Esto se hizo durante 15 días a las seis de
la tarde, hasta que los animalitos por miedo, no volvieron a su nido. Lo más grave aún es que se hizo con el visto bueno del Comité
Aviario de Manizales, una entidad integrada por la Alcaldía de Manizales, la
Gobernación de Caldas, Corpocaldas, una Inspección de Policía, Sanidad
Aeroportuaria, representante de los Bomberos, la Procuraduría Ambiental y EMAS
y son quienes determinan que hacer con palomas, pájaros, gallinazos y todo lo
que vuele en la ciudad.
Qué tal? Dizque ambientalistas!
2016 Las pequeñas aves se han ubicado ahora en la oreja que comunica
la Avenida Panamericana con el Barrio la Enea. Como las pretenderán destruir ahora? Quizás como hicieron en
algún país de Centro América en donde, aprovechando la animadversión del pueblo, las mataron para sacarles sus plumas y hacer
almohadas.
Hasta el momento, nadie en la ciudad, ha demostrado que se haya
enfermado por culpa de las pequeñas aves y muy pocos se han mostrado defensores
de ellas. Una gran cantidad de personas de las diferentes comunidades las
quieren aniquilar.
Solo porque un “Doctor”, con influencias, residente en San Marcel,
protestó por la presencia de los animalitos, fueron expulsados, éstos, del
sector.
Los sitios que las garzas han
escogido, por selección natural, para habitar, debe ser limpiado a diario por
brigadas de bomberos, como se hace en otras partes del mundo.
Las constructoras, con su
tala de bosques y urbanizaciones, las expulsaron de la Enea y la Florida, que
eran su hábitat natural, donde fácilmente hallaban su sustento. Que se
encarguen estas constructoras de su protección, cuidado y manutención.
Manizales que antes se enorgullecía de sus bellezas naturales, con las
nuevas mentalidades directivas, ha cambiado y pretende que toda la ciudadanía
piense igual; primero dejando morir de hambre a las palomas de la Catedral Basílica
(quién sería el bárbaro que propuso esta sanguinaria idea?) y que ahora
asesinan con halcones y cetreros (amaestradores
de halcones) traídos exclusivamente para este “animalicidio” y segundo,
acabando con las garzas que son un “peligro zoonologico”, “una plaga”, “una
raza indeseable”, “una epidemia”, según el decir de muchos de nuestros pomposos
“lideres”.
Y a todas estas, donde están los “animalistas”, “sociedades
protectoras de animales”, defensores de la biodiversidad?
Y si las garzas son un problema para el aeropuerto de la Nubia, pues
que aceleren el aeropuerto de Palestina para que se trasladen cuanto antes para allá. Las garzas estaban aquí primero.
Los invasores somos nosotros.
Ojalá la campaña “Estamos para
protegerlos: yo respeto” del Alcalde Octavio Cardona, incluya estos indefensos
animalitos, a las palomas de la Catedral, los perros y gatos de la Universidad
de Caldas, los caballos prisioneros en caballerizas de la Florida y todos los animales
callejeros que deambulan por la ciudad.
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