miércoles, 29 de julio de 2020

Discriminacion de la mujer



Pedro Cadena Copete sostiene que a "a las mujeres se les ha dado un tratamiento similar al de los negros en la república blanca, al de los indios en la república criolla, al de los obreros españoles, italianos, griegos, etc. en la república nórdica europea"[1], lo cierto es que las desigualdades de genero, que resultan en una condición inferior para las mujeres en la sociedad, son la raíz del mal estado social en muchas partes del mundo. Esto se manifiesta de varias maneras que difieren de una cultura a otra, pero comparten como motivo la discriminación: la preferencia por los hijos varones; la privación de la educación, comida y atención médica suficiente a las niñas: la exposición de las niñas a ritos perniciosos como la mutilación genital (ablación), el ejercicio forzado de la prostitución entre las mujeres jóvenes; el pago de sueldos inferiores a las mujeres y otras desigualdades. Las estadísticas sobre la condición de inferioridad en que se ha mantenido a las mujeres en el mundo, es  preocupante y alarmante: De los 1300 millones de personas que viven bajo la línea de pobreza en el mundo un 70% son mujeres. Las dos terceras partes de los analfabetos del mundo son mujeres.

En el total de la economía, hay 11 billones de dólares que o se contabilizan, debido a que una gran parte del trabajo de la mujer no se remunera, o no lo suficientemente. La violencia y malos tratos afectan también grandemente a las niñas y las adolescentes. Se ha estimado que una de cada tres o una de cada cuatro niñas menores ha sido víctima de agresión sexual antes de alcanzar los 18 años de edad. En 1998, 900.000 mujeres murieron a causa del SIDA. Más de tres veces el número de víctimas que se cobró la guerra en Bosnia.

Cada año, 20 millones de mujeres se someten a abortos inseguros. Según un estudio de la OIT, el servicio doméstico, que representa 15,5 por ciento del total del empleo femenino del subcontinente, está en expansión. "La segregación laboral que confina a las mujeres en los niveles menos privilegiados continúa existiendo", dijo María Elena Valenzuela, coautora del estudio. Pero el estudio identifica también tendencias positivas en el mercado laboral de América Latina. Las mujeres representan ahora cerca de 40 por ciento de la población activa de las áreas urbanas. La tasa de la participación de las mujeres creció de 39 por ciento en 1990 a 44,7 por ciento en 2002, mientras que la tasa masculina permaneció más o menos estable, cerca de 74 por ciento. "Por otro lado, las tasas de participación femenina en América Latina continúan siendo muy bajas comparadas con las de los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico. Además, el desempleo es más alto entre las mujeres que entre los hombres. En 2004, cerca de 9,4 millones de mujeres de las áreas urbanas estaban desempleadas, 6,8 millones más que en 1990. Si bien el desempleo afectó ambos sexos, el aumento fue mucho mayor entre la fuerza laboral femenina. El estudio confirma también que las mujeres continúan en desventaja en lo que se refiere a la protección social. La mayoría de las mujeres de América Latina con más de 65 años no recibe jubilación ni ninguna otra forma de pensión porque pasaron toda su vida adulta haciendo trabajo doméstico no remunerado y labores del hogar

Estos datos revelan una evidente desigualdad de oportunidades que afectan la población femenina. Pero si a esto le sumamos los escalofriantes índices sobre las distintas formas de violencia contra la mujer, es claro que un alto porcentaje de los casos de violación de los derechos humanos se explica por la violación específica de los derechos de la mujer. El ataque directo a la condición de Mujer, a la inteligencia, racionalidad, capacidad de ésta con respecto a nosotros los hombres, nos obliga a analizar en forma descarnada la propia formación que están recibiendo nuestros educandos para mantener la tendencia discriminatoria  que hace  que la mujer conserve el "centenario complejo de inferioridad por el cual creen estar destinadas a ser el sexo inferior, sumiso"[2].

Históricamente, la mujer había sido mantenida al margen de la producción y del círculo de lo público hasta que se iniciaron las revoluciones burguesas: el movimiento de la ilustración y  la Revolución francesa, que bajo el precepto de la igualdad le dio a la mujer la posibilidad de comenzar a romper los esquemas de sometimiento. Pero, en realidad fue la Revolución Industrial la que creó el espacio para que la mujer se incorporara a la industria. Su inferioridad social y la necesidad de producción a bajo costo, hizo que los empresarios vieran en ella la posibilidad de su vinculación al mercado laboral como mano de obra con un salario inferior al hombre

La superación que del rol social ha venido haciendo la Mujer desde la década del 50 es muy notoria, sin embargo no es lo suficientemente progresista para que podamos decir que existe un mercado laboral equitativo entre hombre y mujeres.

Un estudio recientemente publicado por la CEPAL  y titulado "La Mujer en América Latina" destaca que "La participación  de la Mujer en la fuerza laboral se ha incrementado  en la década del 80; aún existen formidables barreras culturales que le impiden desarrollar su potencial humano... La participación femenina en la fuerza de trabajo remunerado ha aumentado también sus correspondientes tasas de desempleo.."
"... La lucha por mejorar las condiciones de la Mujer en la presente década debe centrarse en valorizar  adecuadamente, sin discriminaciones con relación al hombre, sus esfuerzos productivos y en facilitar sus desarrollo personal y profesional.

Dada la imagen de "MADRE" en que se tiene a la mujer, el estudio plantea las causas particulares de la desventaja relativa de ésta:
a) Prejuicios (se le subestima y se considera que su ingreso es complementario al del marido lo que hace que reciba un salario menor por un trabajo igual.
b) Mayor costo del empleo femenino (como resultado de la legislación protectora del trabajo de la mujer se impone al empleador costos adicionales tales como maternidad, cuidado de familiares enfermos, horarios, menor rendimiento en la empresa debido  a que debe compartir su tiempo entre el trabajo y la atención del hogar.
C) Menor capacitación especifica y general de la mujer (su horario le impide dedicarse a la familia y al estudio).
D) Nivel de desarrollo económico y estructura productiva (los países con bajo nivel económico no exigen aún la utilización plena de su recurso humano).

En Colombia, a pesar de que el estudio nos muestra como uno de los países en donde mayor superación ha alcanzado la mujer, la situación de ésta continua siendo de minimización y rezago :   Las Mujeres continúan recibiendo menos salarios que los hombres (66.3% menos) en empleos de exigencia del mismo nivel educativo. El ingreso de la Mujer al Trabajo formal y burocrático es muy escaso.  Prueba de ello es la poca participación de la Mujer en los cargos de dirección oficial (alcaldías. Gobernación, Institutos descentralizados, ministerios, etc.)
"En todo el mundo, las mujeres ocupan un promedio solo del 10% de los escaños parlamentarios y el 6% de los puestos de gabinete en los gobiernos nacionales"[3]

Algo que favorece el rol de la Mujer en la sociedad actual Colombiana es el descenso de la tasa de fecundidad de 5.94 en 1970 a 3.93 en la época actual. Esto significa que las mujeres ya no están tan supeditadas a la crianza de los hijos. La  realidad actual nos muestra que a la mujer le está tocando sobrevivir en una cultura creada por hombres y para hombres  y que ha logrado adquirir unos derechos  que les ha permitido romper la estructura  heredada posicionándola fuera de la cultura tradicional y paternalista.

La presencia y posicionamiento de la mujer en todos los círculos de la sociedad,  le vislumbran un panorama muy diferente al que  durante milenios le ha correspondido vivir. La equidad de género es parte esencial de cualquier solución a los temas de la pobreza, el desempleo y la desintegración social y abre una dimensión más amplia e integral en la lucha contra la discriminación.

Finalmente, quiero destacar  un aparte de la Declaración de Beijing, emitida durante la celebración del Congreso Mundial Sobre la Mujer:"La potenciación del papel de la mujer  y la plena participación de la mujer en condiciones de igualdad en todas las esferas de la sociedad incluidos la participación en los procesos de adopción de decisiones y acceso al poder, son fundamentales para el logro de la igualdad, el desarrollo y la paz".



[1]  Pedro Cadena Copete. La mujer: ese ser superior. Bogota : Italgraf, 1981 p.37

[2]  "La discriminación en contra de las mujeres". Inquietudes femeninas: Escritos sobre la salud reproductiva Washington : Population Reference Bureau, 1997 p.11
[3]  Carlos Del Castillo. Perspectiva de la mujer en el mundo. Revista Policia Nacional de Colombia.  No. 227 (Ene-may, 1996) p.9

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